Adentrándonos por las tranquilas calles adoquinadas que conducen hacia los alrededores descubriremos las Brugse Vesten, murallas de Brujas y sus menos transitadas puertas medievales que aún conserva la ciudad.
Adentrándonos por las tranquilas calles adoquinadas que conducen hacia los alrededores descubriremos las Brugse Vesten, murallas de Brujas y sus menos transitadas puertas medievales que aún conserva la ciudad.
Gentpoort (Puerta de Gante) simbolizaba para los brujenses la frontera con el exterior.
Kruispoort (Puerta de Santa Cruz)¡ fue construida por primera vez entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Su antigüedad le ha permitido ser testigo de la entrada a la ciudad de personajes como Carlos V o Napoleón.
Smedenpoort, la Puerta de los Herreros, fue construida en 1367 sobre las ruinas de una primera puerta originaria de finales del siglo XIII. La calavera de bronce ubicada en la puerta de acceso izquierda recuerda la ejecución de François Vander Straeten, por permitir la entrada a Brujas de las tropas enemigas francesas en el siglo XVII, donde su cabeza de traidor fue utilizada como elemento decorativo.
La cuarta de estas construcciones llamada Ezelpoort, Puerta del Asno. Fue erigida al mismo tiempo que la edificación de las murallas, en 1297, siendo reconstruida en diversas ocasiones, y aunque parte de la estructura se derrumbó, su parte inferior se mantuvo en pie. Fue rehabilitada completamente a principios del siglo XX.
En los límites de las murallas de Brujas, desde su primera construcción en el siglo XIII, distintos molinos irán apareciendo a lo largo de sus espacios verdes. Hoy en día se conservan todavía en el denominado Kruisvest cuatro de dichos gigantes astados. El molino Sint-Janshuis (Sint-Janshuismolen), construido en el siglo XVIII es el único que se mantiene en su lugar de origen y, junto con el molino Koelewei (Koeleweimolen), aún muele el grano.